Acabo de leer un artículo muy interesante en Revista de Neurología sobre la posible relación entre la enfermedad de Alzheimer y la evolución biológica.
La hipótesis del artículo, firmado por el Dr. Bufill y Dr. Blesa, es la siguiente: ¿pueden genes ventajosos en edades prerreproductivas y reproductivas ser dañinos en edades post reproductivas (pleiotropía antagónica)? Y, más concretamente, ¿puede una de las enfermedades neurodegenerativasmás crueles, la enfermedad de Alzheimer, ser un ejemplo de esta paradoja evolutiva?
Algunas de las ideas del artículo a resaltar son:
– las mayores demandas ambientales y cambios dietéticos provocaron un aumento en el tamaño y la estructura cerebral,
– el desarrollo del lenguaje y la cultura simbólica probablemente requirió de una mayor neuroplasticidad,
– una mayor neuroplasticidad puede aumentar la vulnerabilidad de lesiones en el citoesqueleto,
– la expresión de determinados genes, sobre todo los relacionados con la plasticidad sináptica, el aprendizaje y la memoria, se reduce a partir de los 40 años de edad,
– el incremento de expresión de genes relacionados con funciones cognitivas fue ventajoso en edades tempranas y medias de la vida pero, dado que son especialmente vulnerables a factores relacionados con la edad como el estrés oxidativo, podrían ser perjudiciales en edades avanzadas
– la enfermedad de Alzheimer, exclusiva en el ser humano, es una enfermedad asociada a la edad avanzada pero NO inevitable en la vejez
Para evitar caer en el determinismo-pesimismo hemos de concluir que, a pesar de que determinados factores ambientales contribuirán a adelantar o acelerar la enfermedad, existen otros factores protectores como un nivel educativo elevado o la participación en actividades intelectualmente estimulantes que podrían retrasar su inicio.