Este post va a ser muy especial.
Hoy ha sido mi último día de trabajo en la Xarxa Sanitària i Social Santa Tecla. Después de 20 años, hace unas semanas tomé la difícil decisión de dejar atrás la empresa en la que empecé y he desarrollado, prácticamente, toda mi vida profesional, para iniciar un nuevo proyecto profesional.
Han sido 20 años de mucho trabajo, mucho, de pico y pala que dicen algunos, de iniciar algo de la nada, pero sobre todo, de muchos aprendizajes: de mis compañeros, de pacientes y familiares, de mis propios errores, a espabilarme sola, a arriesgarme, a ser humilde… También de compartir, compartir tiempos, espacios y vivencias, muchas, con muchos compañeros y amigos. Los echaré mucho de menos.
Desde el punto de vista profesional, desde que empecé a trabajar tuve dos objetivos claros: 1. dar a conocer y reivindicar la importancia de los factores cognitivo/conductuales de todo paciente, sobre todo el neurólogico, y 2. como no, reivindicar la Neuropsicología como disciplina espcializada de la Psicología, aunque el Ministerio nos lo siga negando, dando a conocer a mis compañeros médicos la información que podemos aportar a diagnósticos y tratamientos. Creo que he cumplido los dos objetivos.
He trabajado conjuntamente con mis compañeros de Neurología, de Rehabilitación, de Atención Primaria, del ámbito Socio-Sanitario, de Trabajo Social, de Terapia Ocupacional, de Enfermería, Auxiliares y Administrativas!, 20 años, son muchos años. A todos los echaré de menos.
Recogiendo las diferentes consultas donde he estado ubicada, he encontrado material de mis inicios: diskettes, tests pirateados jajaja, y he recordado que me hice mi propia base de datos para hacer los informes cuando aún las historias clínicas llegaban en esos sobres taaaan grandes llenos de documentos y la historia clínica escrita a mano. ¡Qué tiempos!
Aún no acabo de creerme el paso que he dado, estoy bastante confusa, las emociones me tienen el prefrontal secuestrado 🙂 , pero el cuerpo me pedía cambio y yo, que me paso el día predicando a pacientes y familiares que escuchen las señales que les da el cuerpo (ahh el cerebro emocional), tenía que dar el paso.
No soy de mirar atrás, toda decisión tomada, tomada está, hay que tirar pa’lante y dar la bienvenida a nuevas vivencias, aprendizajes y compañeros. A los que he dejado, los he dejado en espacio porque nos seguiremos viendo y los llevaré en mi corazón y mi memoria hasta que la beta-amiloide y la tau me lo permitan 🙂
Hasta pronto amigos!