– La teoría de Cattell-Horn de la Inteligencia (1971) diferencia la inteligencia fluida de la cristalizada.
– A grandes rasgos, la inteligencia fluida está relacionada con la capacidad para resolver problemas ante situaciones o estímulos desconocidos, implicando adaptación y flexibilidad, y, en cambio, la cristalizada tiene que ver con el funcionamiento intelectual en tareas que requieren entrenamiento, educación y culturación previos.
– Uno de los tests de inteligencia más utilizados es el WAIS. A pesar de su amplia aceptación, es sabido que tiene un importante componente de inteligencia cristalizada con lo que para una adecuada valoración intelectual, es necesario disponer de otras pruebas que valoren la capacidad de adaptación-flexibilidad, es decir, la inteligencia fluida o en términos neuropsicológicos, las funciones ejecutivas.
– La paradoja de que pacientes tras lesiones en los lóbulos frontales puntuaban en rangos de normalidad o superiores en el WAIS apoyó esa observación y reafirmó el hecho que estos pacientes presentan alteraciones en la las funciones ejecutivas de planificación, conceptualización, resolución de problemas o memoria que no quedan reflejadas en los tests de inteligencia convencionales y tienen que ser evaluados con pruebas más específicas.
Bibliografía: Duncan J, Burgess P and Emslie H. (1995). Fluid intelligence after frontal lobe lesions. Neuropsychologia. Vol.33, pp. 261-268.